Química y vida

Bienvenidos a un espacio donde compartir conocimientos y opiniones sobre la química, la vida, la ecología, etc.

jueves, 22 de abril de 2010

La triste vida moderna


Vivimos hoy en un mundo de desperdicio, de remplazar las cosas por el último modelo a como dé lugar. La sociedad hoy condiciona a pensar y creer que todo es reemplazable, que cualquier objeto es de poca vida, desperdiciable. Tirar todo a favor de un modelo nuevo nos parece normal; de hecho, si uno no tiene lo más moderno en telefonía o computación sus amigos lo juzgarán como lento o atrasado. Tampoco es cuestión de dinero, porque con la tarjeta de crédito todo parece posible. Compramos lo que queremos, lo que se nos antoja o lo que nuestros hijos nos exigen y en ocasiones lo que ni siquiera nos piden y ya lo pagaremos después: esto es normal para la sociedad de hoy.Todos nosotros sabemos que una plancha no va a durar más de un año, tal vez dos si tenemos suerte; es normal tirarla a favor de una nueva. Es normal que la ropa se use sólo el tiempo que dura una moda y que el teléfono celular tenga que tener cámara, música, radio, Internet y todo lo nuevo en el momento que sale al mercado porque, si no, es posible que terminemos siendo objeto de bromas y de críticas. Es triste que la vida moderna esté tan motivada por el comercio, la moda, el consumismo, y que todos caigamos en la trampa de siempre querer más. Es muy frustrante ver a las personas comprar cosas sólo porque sí, no porque realmente las necesiten. Debemos aprovechar la situación actual: estamos viviendo una crisis financiera global y casi todo cuesta más; entonces es un momento excelente para detenernos a contemplar nuestros hábitos de consumo con el propósito de mejorarlos.
Nuestra sociedad promueve el consumismo, también el echar a la basura todo lo que ya no funciona o que ya pasó de moda, y tratar de cambiar los hábitos de la gente tal vez sea difícil. Sin embargo, hay que tomar en cuenta otro factor: el costo ecológico de las cosas que no duran. Asimismo, el problema de la basura creada por el consumismo, las emisiones de carbono generadas en la fabricación de tantos objetos, la cantidad de petróleo utilizado en esa misma fabricación y también el transporte de los artículos a todas partes del mundo. Tenemos que cambiar nuestra manera de pensar y cuidar nuestras pertenencias para que duren mucho más tiempo. Tenemos que reducir esta desesperación por conseguir lo nuevo, lo más reciente, lo más moderno. Es necesario recordar que lo que compramos no debe convertirse en basura a corto plazo. Al contrario, tenemos que cuidar y hacer durar las cosas y exigir a los fabricantes que sus planchas sean más duraderas. Es preferible pagar más por una buena plancha que pueda durar hasta 10 años. La realidad es que se ha vuelto común comprar una plancha al año y, aunque sea barata, la inversión a largo plazo lo es mucho más.La plancha es un solo ejemplo; hay muchos más. La lección tiene que ver con el cuidado de las cosas de la casa, con gastar menos dinero y con producir menos basura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario