En esta ocasión, se ha sumado un nuevo material que puede ser reciclado, descubriendo propiedades beneficiosas para distintas utilizaciones, entre las que se destacan los ingredientes alimentarios, sumado a la extracción de sustancias beneficiosas para la salud.
Este material es extraído de los desperdicios de cebollas, de los cuales se estima una creciente demanda de un reciclaje de los bulbos, de donde se pueden extraer compuestos azufrados y fructanos (los responsables del picor en los ojos y nariz) además de que de la piel marrón y las capas externas se pueden obtener fibra y flavonoides.
Si bien no es una solución definitiva a la problemática de los residuos, es para considerar que se trata de una ayuda considerable para disminuir las casi 500.000 toneladas de desechos que se generan anualmente (cifra estimada por la Union Europea) lo que no solo genera problemas de infraestructura, sino también tiene su incidencia en el impacto ambiental.
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